Ayer se anunciaba la entrada de Microsoft a la Fundación Linux como miembro de pleno derecho bajo la denominación Platino; lo que significa que pasa a formar parte de un reducido número de empresas con esa distinción como son Cisco, Fujitsu, Huawei, IBM, Intel o Samsung además de verse en la obligación de desembolsar medio millón de Dolares anuales. Para muchos, esta noticia se veía venir desde hace ya algunos años, momento en el que Microsoft pareció virar y plantearse un acercamiento real al mundo del open source.
La entrada de Microsoft a la Fundación Linux se ve como un caballo de Troya.
Tras el anuncio de la entrada de Microsoft a la Fundación Linux, la comunidad libre anda tomando posturas y digeriendo la noticia. Para unos, que Microsoft dé este paso significa un impulso brutal a la causa, el fin de una guerra que llevó al mismísimo Ballmer a sentenciar que «Linux era cáncer». Para otros, la noticia no ha tenido un buen encaje: en los bajos fondos, en los foros de debate y blogs más prestigiosos sobre GNU/Linux se sigue recelando del enemigo. Se ha llegado a decir que Microsoft ha entrado en la Fundación Linux para dinamitarla desde dentro.
Pero la verdad es que desde hace unos años los movimimentos de Microsoft para con el código abierto ha sido cuanto menos curioso: lanzó bajo licencia MIT a Visual Studio en Github, la mayor plataforma de proyectos de desarrollo colaborativo del mundo, donde ocupa el primer puesto como contribuidor según el Octoverse 2016, a lo que siguió la inclusión del subsistema Bash de Ubuntu en Windows 10 en alianza con Canonical y ahora el lanzamiento de SQL Server (sin mencionar sus patrocinios, colaboraciones, etc. relacionados con el open source o el software libre).
Se dice que desde que Satya Nadella cogiera las riendas de la mayor compañía de software privativo Microsoft ya no es la que era pero quizás ese honor se lo debamos a Wim Coekaerts, vecepresidente corporativo en el área de código abierto empresarial (donde radica el interés verdadero de la compañía de la ventanita).
Sea como fuere, así anda el panorama actual; tendremos que esperar a ver qué pasa con todo esto. Si Microsoft quiere adoptar los estándares del open source y el software libre, qué menos que darle la bienvenida.
¿Vosotros qué opináis, Gizlógicos?