El que no conozca Facebook a estas alturas de la película es porque vive debajo de una piedra, en la luna o porque dice que no la conoce aunque sea mentira (que los hay).
Allá por 2014, la Comisión Europea abrió una línea de investigación sobre esta conocidísima y millonaria red social.
Esta investigación, fue abierta para conocer si la transacción que tuvo acabo cuando se hicieron con el control de una de las app de mensajería más importante del mercado a día de hoy (Whatsapp) tuvo alguna que otra incidencia.
Facebook, la más espabilada del patio
La gran “cagada” que cometió Facebook y por lo que va a ser multada con 110 millones de euros, cifra que no llega ni al 0.5% de las ganancias anuales de la compañía estadounidense (la multa es de un 0.4%), fue no decir la verdad a una pregunta que le realizaron en la investigación.
Dicha pregunta era que si podían vincular cuentas de usuarios que dispusieran ambas cosas, tanto Whatsapp como Facebook, a lo que contestaron que no.
Un par de años después esto mismo fue ofrecido a los usurarios, cayendo así en una incongruencia y dando motivos suficientes a la Comisión para creer que esa información fue ocultada a propósito para no afectar de ninguna manera en la transacción de compra y fusión de los derechos de la aplicación.
Cuidadin, cuidadin…
Como se está poniendo el tema últimamente con los derechos de los usuarios, ataques informáticos, seguridad no muy efectiva en muchas ocasiones, etc, tanto usuarios como empresas que ofrecen un servicio directo al consumidor o redes sociales como podemos ver en el caso de hoy van a tener que ponerse las pilas.
De no ser así, casos como el de hoy puede que se repitan en breve, ya que muchas compañías ya tienen la lupa de la Comisión Europea sobrevolando por encima de sus cabezas.