Cualquier tiempo pasado fue mejor. Eso deben estar pensando ahora los responsables de Grooveshark, el que fuera en su día el servicio de streaming musical más popular, perdió usuarios con la aparición de escena de Spotify y ahora pierde algo mucho más importante: la batalla legal contra la industria musical.
Grooveshark se ha visto obligado a echar el cierre y cesar inmediatamente toda actividad.
Grooveshark coqueteó con la ilegalidad
Todo apuntaba a que así era, pero el verse abocado al cierre tras perder el juicio contra la industria discográfica confirma lo que era un secreto a voces. Ahora, su página web ya se encuentra fuera de servicio y en la homepage se muestra un comunicado oficial de la compañía donde piden disculpas alegando que «a pesar de nuestras mejores intenciones, cometimos errores muy serios. No obtuvimos licencias de los dueños de los derechos de música que ofrecía el servicio».
Grooveshark ofrecía soporte multidispositivo. Hoy, ya no puede utilizar en ninguna de sus plataformas
La lucha ha durado 6 años, un tiempo demasiado largo para Escape Media, los propietarios de Grooveshark, a quienes los problemas judiciales les pasaban factura y fueron testigos en primera persona de como los que vinieron detrás les arrebataban el primer puesto como servicio de streaming musical preferido.
El acuerdo de cerrar Grooveshark ha sido parte de un pacto con Sony Music, Warner Music y Universal Music, los responsables de poner contra las cuerdas al gigante de Escape Media, quienes han perdonado la deuda a Grooveshark con la condición de que estos cesaran inmediatamente y de forma irrevocable su actividad. Si rompiera este pacto, la empresa debería pagar 75 millones de dólares en concepto de violación de derechos de autor.
Alternativas como Spotify demuestran que es posible ofrecer música en streaming de manera gratuita y legal.
