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Qué es el throttling y cómo impacta en tu ordenador

CPU throttling

CPU throttling

A la hora de hablar sobre rendimiento de componentes suele focalizarse qué tan alto puede llegar su frecuencia, incluso con modos “Boost” que son muy publicitados por los fabricantes. Sin embargo, pocos conocen sobre el concepto de throttling, una medida de seguridad para que tu equipo evite problemas de sobrecalentamiento.

Si bien el nombre en inglés “throttling” hace referencia al asfixiamiento o estrangulamiento, se ha adoptado en la industria tecnológica como la explicación del proceso en que los chips reducen conscientemente su potencia máxima pensando en mantener la temperatura general del dispositivo por debajo de los niveles críticos. ¿Sabías de la existencia de este concepto?

Los portátiles, principales beneficiados del throttling

Portátiles throttling

Un bien sistema de ventilación puede evitar que el throttling entre en acciòn

Este proceso no es precisamente nuevo u original, pues desde hace varios años que viene imponiéndose a la hora de confeccionar un ordenador, principalmente en lo que confiere a procesadores y tarjetas gráficas. Y es que estos dos componentes de hardware son los que más se calientan cuando los exiges al máximo, por lo que es necesario que entren en acción sistemas de seguridad que lo protejan de un sobrecalentamiento.

Si bien la variedad de dispositivos que pueden hacer uso de throttling incluye a ordenadores de escritorio y hasta móviles, normalmente su uso ha sido clave en la concepción de los portátiles, donde el espacio interior disponible hace mucho más difícil una correcta disipación de calor. Así, el componente reduce las posibilidades de salir dañado ante usos intensivos y se ganan muchas horas de vida útil.

A grandes rasgos te encontrarás con varios tipos de throttling, siendo el más tradicional el que baja la potencia máxima a la que es capaz de llegar un chip, mientras que el térmico (Thermal Throttling) suele activarse automáticamente cuando se detecta que el equipo ha superado una determinada temperatura preestablecida.

De esta forma, cuando un componente pasa un límite rebaja su velocidad, e incluso también lo puede hacer su voltaje, para que pasados unos minutos regrese a la temperatura adecuada y puede funcionar nuevamente al 100% de sus capacidades. Si la actividad que estás realizando es de gran exigencia, probablemente se vuelva a dar la situación anterior y se repita varias veces durante una misma sesión.

Para terminar, lógicamente este no es el único recurso que tiene un portátil para evitar las altas temperaturas, pues hoy muchos fabricantes emplean sistemas de refrigeración más eficiente (incluso de tipo líquida que ha llegado hasta algunos teléfonos), pastas térmicas de mayor calidad y una correcta superficie de contacto entre el disipador y el IHS (la cubierta externa del procesador), solo por mencionar algunos ejemplos.

 

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