Últimamente me siento dentro de una película de Regreso al Futuro. Ya se está trabajando en los primeros coches voladores (y de hecho se mostrarán en el Mobile World Congress 2024 de Barcelona), la Inteligencia Artificial está demostrando todo su potencial e incluso las Apple Vision Pro nos están enseñando que la línea entre un mundo virtual y un mundo físico cada vez es más delgada. El verdadero futuro está llegando y no sé si me gusta. Yo, que defiendo la tecnología a capa y espada, cada vez empiezo a mirar con más recelo cómo está cambiando nuestra vida (o mejor dicho, cómo podrá cambiar si no hacemos un uso responsable y razonable). No digo que haya que frenar el progreso, ¡ni mucho menos! Pero sí que tengamos algo de cuidado, porque algunas rosas también pinchan.
¿Y por qué te cuento esto? Porque hoy quiero poner sobre la mesa un tema que me parece bastante interesante. Un debate educativo que este año está de más actualidad que nunca por las últimas decisiones del Gobierno. Un camino que parece necesario, pero que, sinceramente, no sé si seremos capaces de mantener durante mucho tiempo precisamente porque no podemos quedarnos al margen de la sociedad real que tenemos hoy en día. ¿Qué opinas sobre el tema de prohibir el móvil en los colegios?
Hoy queremos contarte cuáles son nuestras opiniones de este debate educativo abierto y arrojar algo de luz en el tema, con datos sobre cómo está el asunto a nivel internacional y cuáles son las implicaciones, tanto para un lado como para el otro. Toma asiento y prepárate para tomar los apuntes que necesites sobre este tema tan interesante.
Prohibir el móvil en los colegios: España da un paso adelante y ya está aprobada esta recomendación
Antes de nada, quiero recordar algo que a veces también podemos olvidar: el móvil no es el enemigo. Los smartphones tienen muchísimas cosas buenas, nos han abierto todo un mundo de posibilidades y yo no quiero renunciar a ellas. Nosotros somos nuestro propio enemigo, porque nos han puesto una excelente herramienta en nuestras manos y creo que no siempre sabemos aprovecharlas en nuestro beneficio, hasta el punto de que puede afectar a nuestra vida social, laboral, escolar, incluso a nuestra salud mental.
Si me haces una pregunta con respuesta cerrada y me pides que te diga si yo prohibiría el móvil en el colegio, la verdad que no sabría qué contestar, porque creo que no todo es blanco o negro. Me quedo con el gris, con el depende, con la coletilla «de manera responsable». Creo que estas tres palabras son la clave de todo. Será que me estoy haciendo mayor…
El pasado 25 de enero de 2024, el Consejo Escolar del Estado aprobó por unanimidad una propuesta para prohibir el móvil en los colegios. Con alguna excepción. En esta decisión han estado también presentes Pedro Sánchez, el presidente del Gobierno, así como Pilar Alegría, la ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes.
Hay que tener en cuenta una cosa y es que, de momento, este documento es tan solo una recomendación. El Consejo General del Estado aconseja que no se lleve el móvil en los centros de Infantil y Primaria, mientras que en los centros de Educación Secundaria se deben tener apagados. Hay excepciones, por ejemplo, si el alumno tiene algún tipo de necesidad especial o si, por causas educativas, el profesor lo permite y lo supervisa. Esto afecta a las aulas, comedor e incluso recreo.
Hay que tener en cuenta que esta es la recomendación general estatal, pero, a nivel autonómico, la cosa puede endurecerse. De hecho, actualmente, más de la mitad de las CCAA ya prohiben el uso del teléfono móvil en los colegios: Andalucía, Aragón, Cataluña, Canarias y Murcia se unen en este año 2024 a las que ya lo tenían implantado desde antes. Castilla y León (2007), Castilla-La Mancha (2014), Galicia (2015) y la Comunidad de Madrid (2020) ya recogían esta limitación.
¿Y si prohibir no es la solución?
Soy partidaria de no prohibir, pero sí educar. Aunque entiendo perfectamente que esta situación se nos está yendo de las manos y que hoy en día los niños casi miran más una pantalla (ya sea móvil, tablet, consola, tele…) que la cara de sus padres. Por eso, comprendo la necesidad de sacar el móvil de las aulas y, al menos, que los colegios e institutos sean un espacio seguro.
No se trata de que el móvil sea el enemigo, como te decía al principio de este artículo de opinión. Pero sí que creo que es una fuente de distracciones bastante importante (a mí misma, que ya tengo una edad y un raciocinio mucho mayor, me distrae alguna que otra vez de mis obligaciones). Es muy importante que los niños y adolescentes aprendan a estar concentrados, a saber que cada cosa tiene su momento, su espacio y su lugar y que mientras están en clase lo que deben hacer es atender a las explicaciones del profesor, aprender, leer, escribir, hablar con sus compañeros… y dejar el móvil, las redes sociales y los juegos para otro momento en el que todo eso tenga cabida. Organizándose bien, hay tiempo para todo en un día normal.
Prohibir es despertar el deseo, por eso, quizá el enfoque de la prohibición del móvil en los colegios no es el más adecuado, pero sí considero que es necesario tal y como está la situación hoy en día.
Y es que no solo se trata de una cuestión de que aprendan a buscar alternativas de ocio, que puedan sociabilizar con sus compañeros o que obtengan un mayor rendimiento escolar. También es una cuestión de evitar conflictos. Documentándome para elaborar este artículo, me he encontrado con unas declaraciones muy interesantes de Sergio Silva, consejero de Educación, Formación Profesional y Universidades, quien ha declarado que el uso de los teléfonos móviles está relacionado con el 90% de los conflictos escolares.
Esto es un melón todavía más grave y es algo en lo que sí que hay que educar a los niños. Fotografiar o grabar a otras personas sin su consentimiento, difundir ciertas imágenes, aumentar la bola de los rumores, hacer bullying escudándose en el anonimato de internet… son muchos los ejemplos que podríamos poner y que hay que cortar, sin excusas.
Prohibir el móvil en los colegios no es suficiente
Si el niño está haciendo un uso indebido del móvil (ya sea por los conflictos mencionados o por su propio rendimiento), el hecho de prohibir el móvil en las aulas puede ayudar, pero en ningún caso es la medicina milagrosa. Como adultos, es algo que también debemos trabajar en casa. Suena a topicazo decir eso de que no podemos pretender que nos eduquen a los niños en los colegios, pero es cierto. Por supuesto la labor de los profesores es muy importante para el desarrollo de los niños y jóvenes, pero en casa también debemos dar ejemplo.
Un niño recurre al móvil porque se aburre, porque es una fuente más de entretenimiento, pero si le mantienes ocupado, si tiene otras cosas que hacer y, sobre todo, si no nos ve a nosotros 24/7 con un smartphone en la mano, conseguiremos mucho más que simplemente prohibiendo su uso.
No tiene ningún sentido que los profesores prohiban el móvil en el colegio y que en cuanto salgan por la puerta lo enciendan y pasen el resto de la tarde mirando la pantalla. Y esto no implica que no lo puedan usar, al igual que los «mayores» nadie se debe quedar al margen de la tecnología, ni siquiera los niños, pero sí es importante usarlo de manera responsable.
Según una encuesta de Preply, es la generación Z (1996 – 2010), es quien más tiempo usa los móviles, especialmente invertido en apps de mensajería instantánea y redes sociales. Hacer llamadas ha quedado relegado a un tercer lugar. Llama la atención que, según los datos de esta encuesta, el 25% de los españoles pasa más de 4 horas al día chateando. Sinceramente, me parece un problema y un escenario que está superando con creces al de la interacción cara a cara. Esto deja de manifesto la necesidad de educar en torno al móvil más allá de los colegios, porque el problema no está en las aulas, si no en la importancia que tiene en nuestro día a día, donde el smartphone tiene un protagonismo que casi llega a asustar.
Por ciudades, Málaga es donde más tiempo al día se usa el móvil, mientras que Vitoria se coloca al final de la tabla. No es un dato relevante para el tema que nos ocupa, pero me ha parecido curioso introducirlo.
¿En qué lugar quedan los smartwatches?
Hecha la ley, hecha la trampa. El debate educativo se centra en los smartphones, pero, ¿qué pasa con los smartwatches? Es cierto que sus capacidades están más limitadas, pero la raíz del problema puede ser el mismo si no se hace un uso responsable de ellos.
En este caso, habría que mirar los estatutos de cada colegio y ver si estos dispositivos están prohibidos, ya que en algunos casos sí se indica expresamente, mientras que en otros no se hace referencia a ellos y, al ser también un aparato enfocado a la medición deportiva no se han prohibido.
En cualquier caso, sería muy interesante que, si regalamos un smartwatch a un niño, cuente con un Modo Colegio (por ejemplo, los modelos de XPLORA, como el XPLORA XGO3 lo incorporan) para que no haya problemas, pero siempre debemos asegurarnos si esta opción es válida según el reglamento de cada centro educativo.
El debate educativo está abierto: prohibir el móvil en el cole tiene sus defensores, pero también sus detractores
Como en todo, no hay una única posición y es muy interesante que exista debate en torno a este tema, ya que es lo que nos va a hacer reflexionar de verdad sobre ello y poder adoptar una posición bien argumentada.
El tema de prohibir el móvil en el cole, aunque desde el Gobierno y los propios colegios parece existir una posición clara a favor, también han salido algunas posturas en contra de prohibir. Por ejemplo, la OCDE, en el Informe PISA 2023 (en el que España ha obtenido su peor resultado), apuntó que no es recomendable prohibir los móviles, pero sí implantar medidas para un uso adecuado.
Por su parte, desde la Asociación Nacional de Profesionales de la Enseñanza (ANPE) se ha propuesto un Decálogo del Buen Uso del Móvil y las Redes Sociales en los Centros Educativos. Se resumen en varios puntos:
- Los móviles no son adecuados en el aula, ya que dificulta la práctica docente y genera distracción.
- Es necesaria una regulación de referencia, coordinada a nivel estatal y entre las CCAA.
- No hay que olvida que existen usos pedagógicos de los teléfonos móviles en ciertos proyectos y actividades, pero estos deberían estar guiados por el docente.
- La comunicación a través de los teléfonos móviles es una realidad social asentada y no hay que perder esto de vista.
- La responsabilidad en este tema no recae solo en los centros educativos y requiere de la implicación de la comunidad educativa, las administraciones, las familias y la sociedad.
Nuestra opinión, ¿está bien prohibir el móvil en clase?
A lo largo de este artículo, más o menos ya te he ido comentando cuál es mi posición al respecto. Creo que prohibir nunca es el camino, debemos hacer un ejercicio más profundo: educar sobre las nuevas tecnologías y su uso responsable. Pero no solamente a los niños. También los adultos, en muchas ocasiones, no hacemos el uso que debemos y esto puede tener implicaciones en nuestra vida.
Está claro que si me pides un blanco o negro, considero que no se deberían usar los móviles en clase, ya que hay que aprender a dar a cada cosa su momento, además del impacto negativo sobre el rendimiento y la concentración. Pero es tarea de todos, más allá de los profesores o los centros educativos, que los smartphones sean una buena herramienta a todas las edades y no se conviertan en el enemigo.
Creo que cambiar de teléfono cada año es un desperdicio.